Source : Alberto Pizzoli, AFP
Treinta años después de su muy publicitada gira mundial con el cantante Sting, a la edad de 87 años, el Jefe Raoni retomó su bastón de peregrino durante 3 semanas para intentar de nuevo sensibilizar a los líderes europeos sobre el inminente peligro al que se enfrenta la humanidad si la Amazonia sigue desapareciendo al ritmo actual. (www1.folha.uol.com.br/poder/2019/05/em-cannes-cacique-raoni-diz-diz-que-pretende-falar-com-bolsonaro-sobre-xingu.shtml)
El viejo jefe Kayapo recibió el apoyo del presidente Macron y caminó por la alfombra roja en el festival de cine más famoso del mundo, justo antes de la proyección de « Sybil » de Justine Trier, acompañado por jóvenes jefes e indios. El líder animista se encontró entonces con el Papa Francisco. « No son sólo los indios los que van a morir », dice Raoni. Le gustaría crear un « cinturón verde protector » alrededor de las tierras indígenas del Xingu, un patrimonio humano y natural atacado por el cultivo de soja transgénica. En la imaginación occidental, la Amazonia ha sido percibida durante mucho tiempo como una « tierra hecha por el hombre » que ha permanecido en su estado natural. El Estado moderno, en su concepción europea, tenía la tarea de desarrollar, controlar y modernizar estos territorios. Llevada por el mito de un territorio infinito, esta tala controlada de la Amazonia tomará la forma de depredación violenta, donde el nativo aparece en última instancia como una afrenta a la modernidad desplegada por el estado brasileño. El erotismo de la naturaleza ha sucumbido a los thanatos de la modernidad. Sin embargo, no podemos ni debemos sucumbir a la tentación de concebir la historia de la coexistencia de la especie humana y la naturaleza como simbiótica. Esta historia siempre ha estado marcada por la depredación.
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En pocas palabras, la aceleración de la destrucción del bioma amazónico se ha acelerado desde la política de « colonización » de la Amazonía por frentes pioneros en la década de 1960 por parte del gobierno militar. Hoy, la Amazonia y los gigantescos espacios naturales de Brasil parecen ser los proveedores de crecimiento económico para un país que, según los economistas, ha sido « reprendido ». Para el actual Presidente de Brasil, por el contrario, estas oportunidades deben ser explotadas, ya que las leyes ambientales brasileñas son garantías suficientes. Jean-Pierre Dutilleux, el etnólogo que lo acompañó durante casi cuatro décadas, explica que ésta es sin duda la última gira de Raoni, ojalá no sea la de una « muerte anunciada » de la Amazonia.
Con este apoyo, el cacique Kayapo pretende reunirse con el presidente brasileño Bolsonaro, para hacerle comprender que la Amazonia es un patrimonio común.